Establezcamos los límites, pero pásate de mi raya
Cerró la puerta de su habitación y toda la nada de fuera se quedó fuera y toda la nada de dentro se quedó dentro, pero eran nadas separadas. Pero tan unidas que chillaban juntas y rompían todos los cristales de las entrañas. Estaban tan unidas que, formando un nudo sobre su garganta, estaban ahogando al mundo. Pero ahogando tanto al mundo que no quedarían supervivientes. Y nadie quiere que queden supervivientes, pero siempre se quiere ser uno.