Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2014

Quiero vivir en un museo

Aquella señora que está en la esquina mirándome de reojo; sí, aquella, la que va vestida de rojo. Aquella, la que viene hacia mí con cierto sofoco; sí, aquella, la que viene por antojo. Esa señora me mira, viene hacia mí y dice: "No lo entiendo". Niega con la cabeza, disgustada, pensando que tiene poca cultura, que jamás me va a comprender. Me mira a los ojos y sonríe, diciendo: "Me está mirando". Y repite: "No lo entiendo". Son susurros casi impercetibles todo eso que dice y, sin embargo, alguien la escucha, se acerca y le dice: "¿Quiere que le diga algo? Yo tampoco lo entiendo". La señora, ahora un poco menos disgustada, sigue frustrada por no poder darle explicación a los hechos. Por no poder comprender. Yo sigo quieta, sin decir nada —sin poder decir nada—. Sigo quieta y la miro y digo: "No quiera entenderme. No me entiendo ni yo. No entiendo nada de lo que pasa, ni por qué ustedes me miran o me quieren entender. No co

Historias en el metro IV

Si hay algo que me gusta mucho, es ver a los desconocidos sonreír. Ver a los desconocidos sonreír y sonreír con esa sonrisa. Miro a mi alrededor, veo a alguien estudiando y pienso "ojalá el examen te salga bien". Lo deseo de verdad. Lo deseo con mucha más verdad que cuando es para mí. Para mí no me deseo nunca nada. Y menos de verdad. Se para el metro, se abren las puertas y entra el amor de mi vida: un chico muy guapo, con barba, pero cuya apariencia ni siquiera recuerdo. No sé, tan amor de mi vida no creo que fuera. Solo sé que estudiaba ingeniería de carreteras porque lo apunté. A mi lado, a la derecha, hay una chica haciendo tests de conducir. Pienso "esa debería ser yo". Luego vienen las preguntas de si me veo conduciendo; y la respuesta: no. Unos asientos más allá, a mi izquierda, hay un hombre un poco inclinado leyendo un libro muy grueso con las páginas muy finas. "A mí se me romperían", pienso. "A mí se me romperían porque so

Si me va bien

No puedo evitar pensar que si me va muy bien en lo que se supone que acabaré trabajando, terminaré drogándome por esquinas muy caras, funcionando a base de kilolitros de café, me quedaré trabajando 27 horas al día, fumaré como una poseída, serviré al machismo y a todos los estereotipos posibles, viajaré, ganaré mucho dinero y podré mudarme a Estados Unidos. De momento me dedico a dar asco.  Así no voy a conseguir nada.

Esto ya se sabe

Qué ganas de ser yo la que arañe, y rompa, y grite y llore. Qué ganas de ser yo la que estrangule, y ahorque, y queme y raje. Qué ganas de ser yo la que se tumbe, y descanse, y florezca y se marchite. Porque todo esto está fatal así.

No tengo ni brújula ni mapa

No tengo intención de dejar de rechazar quién soy hasta no reconocerme en absoluto. Hasta seguir preguntándome quién soy sin saber cómo volver atrás. Sin saber cómo he llegado hasta aquí estando tan perdida.