El ser humano es perfectamente imperfecto
–Solo hay que mirar por la ventana para darte cuenta de que las aparentes perfecciones son realmente imperfectas. No podrás ser quien quieres ser si no sabes quién eres, quién has sido, pero no quién serás, pues el porvenir es totalmente incierto, lo desconocemos, y ciertamente es imperfecto, pero la verdadera realidad es que queremos saber perfectamente lo cierto. –¿Qué sucedería si te afirmase que no me interesa lo más mínimo conocer lo cierto? ¿Que me gusta experimentar entre mentiras? ¿Que lo que vosotros llamáis realidad para mí no es más que una hipótesis por demostrar? A lo mejor vivimos un sueño, y los sueños no son reales, por lo tanto no son ciertos. ¿Me equivoco? –No, no te equivocas pero, ¿quién te dice a ti que esto es un sueño, que todo lo que vemos, tocamos, olemos... no es real? ¿Quién te afirma y te confirma la aventura que estás planteando en tu mente? Quizá todo lo que tú dices no sea más que un sueño también. Además, ¿qué sentido tiene vivir entre mentiras? El