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Mostrando entradas de julio, 2017

Goddess of the silver moon

Estoy encoñada con un objeto virtual. Un jarrón de píxeles. Un tweet de 140 caracteres. Un mensaje privado en un foro de Internet. No sé, creo que me he vuelto idiota. Que el martilleo bajo el pecho es de ansiedad y no de amor. Que mañana empiezo de cero en otro sitio y eso me tiene acojonada. Que no puedo parar de mover la pierna izquierda. Una y otra vez, y así todo el rato, pero como cien veces por segundo. Os juro que quiero parar. Echar el freno de mano. De pie. Comienzo a correr hacia un muro de acero sobre el que alguien ha construido una puerta. Y ese alguien soy yo. Que al final no estaba muerta (ni estaba de parranda, solo petrificada). Últimamente solo escucho canciones que son perfectas para practicar la brujería en los bosques cuando hay luna llena y no hay nada que me llene más que a ella. Pongo una en bucle para los próximos ciento dieciséis años y soy feliz.

Mi deadcrush eres tú

¿No os sentís superafortunados de vivir en esta época? Porque yo sí. Porque mucha época victoriana con esa estética tan erótica y tentadora en la que se traba el paraguas en las enaguas de una moza y te hace caer bajo un carruaje y acabar oliendo a estiércol. Mucho duelo entre caballeros y castigos en la plaza pública en la época medieval. Mucha caza de brujas. Mucho fumadero de opio. Mucha música disco. Mucho meterse una raya de coca sin saber sus consecuencias. Mucho morir de un resfriado. Mucho tener diecisiete hijos y que se te mueran quince. Mucha explotación infantil cuando eso ni siquiera existía. Mucha mina de carbón. Mucho ir a cazar un mamut. Mucho matar indios. Mucho casarte con tu hermano y gobernar medio mundo juntos. Mucho que nunca se ponga el sol en nuestro imperio. Mucha exterminación de los judíos. De los armenios. De los esclavos. De los animales. Plantas. Humanos. Mucha guerra civil. Mucho hijo de puta, aunque eso siempre. Pero nada como decir "sí, acepto tus

Yo no he pedido nada de esto

Lo que de verdad me molesta es que me tengan por algo que no soy. Que me vean como algo más de lo que soy, porque no soy nada, no soy y soy a la vez. Simplemente soy. Pero no lo que la gente piensa que soy. Luego vienen los "esto no me lo esperaba de ti" o "¿qué te ha pasado?". Y es culpa de la gente, no mía.