Tonight...
Todo empezó un domingo por la tarde cuando mi sangre ya no sabía a mar. Ni siquiera imaginaba ya su risa, quizá porque era lo que debía pasar. Yo lo agradecía, sí, el dejar todo atrás, empezar de nuevo en todo y no volver a mirar. Pero qué fácil había sido, ¿no? Ni siquiera me costó. Ni siquiera una lágrima. No me reconocía y eso me asustaba. ¿Cómo cambia la gente tan de repente? Bueno, es una tontería que me pregunte eso de mí misma, cuando solo hay que verte a ti. ¿Qué habrá sido de tu vida? ¿Alguna vez volverás? Lo dudo. Mejor así. Tampoco deseo que lo hagas, pero por tu bien y el del resto podrías volver a cambiar, y a dejar de caer y caer, empezar a remontar. Ser agradable está mejor de lo que parece. Ser agradable, como muy bien sabes, está sobrevalorado. Todo empezó un domingo por la tarde en el que mi sangre había empezado a brotar...