19 de noviembre de 2025
Esto que ha pasado hoy es algo que normalmente le pasa a la gente, pero no a mí. Es algo ajeno, pero no mío. Quizá por eso lo siento distante. Quizá por eso me siento ausente. Ojalá estar ausente de verdad, ser humo, porque así no me partiría este dolor en trozos con la fuerza de mil rayos. Así no me sentiría rota por tres mil sitios a la vez. Me ahogo con mis propios mocos por el llanto que me consume cada noche desde hace varias, pero hoy ha sido la peor, la definitiva (como si no fuera a volver a hacerlo nunca más; no sé a quién quiero engañar). Estoy muy saturada, sobrepasada, y ni siquiera es tanto por lo que ha pasado (no me atrevo a escribirlo aquí abiertamente), que obviamente también, sino por ciertas personas. Está siendo todo demasiado insoportable, devastador. Sí, esa es la palabra: devastador. Me siendo devastada. Incapaz de continuar con mi vida como si nada y al mismo tiempo agarrándome a la idea de retomar la rutina como si fuera un clavo ardiendo. Me estoy tomando una ...