19 de noviembre de 2025
Esto que ha pasado hoy es algo que normalmente le pasa a la gente, pero no a mí. Es algo ajeno, pero no mío. Quizá por eso lo siento distante. Quizá por eso me siento ausente. Ojalá estar ausente de verdad, ser humo, porque así no me partiría este dolor en trozos con la fuerza de mil rayos. Así no me sentiría rota por tres mil sitios a la vez. Me ahogo con mis propios mocos por el llanto que me consume cada noche desde hace varias, pero hoy ha sido la peor, la definitiva (como si no fuera a volver a hacerlo nunca más; no sé a quién quiero engañar). Estoy muy saturada, sobrepasada, y ni siquiera es tanto por lo que ha pasado (no me atrevo a escribirlo aquí abiertamente), que obviamente también, sino por ciertas personas. Está siendo todo demasiado insoportable, devastador. Sí, esa es la palabra: devastador. Me siendo devastada. Incapaz de continuar con mi vida como si nada y al mismo tiempo agarrándome a la idea de retomar la rutina como si fuera un clavo ardiendo. Me estoy tomando una tila a sabiendas de que me voy a estar meando toda la noche porque es la única forma medio sana que se me ha ocurrido de calmar esta ansiedad. Una ansiedad que nunca va a calmarse. Un agujero que siempre tendré en el corazón. Ya dormía mal de antes, pero tengo miedo de que me pase igual que a ella, que no consiga volver a dormir bien nunca o a dormir a secas. Hablaba de la muerte a todas horas, sobre todo conmigo, muchas veces porque de otro modo, si no, no tenía con quién. Siempre me daba pena, me abrumaba, incluso, pero lo entendía. Siempre he tenido esa cosa de que la gente confía en mí y se abre y me cuenta todo; y claro que es abrumador que te cagas, pero al mismo tiempo es agradable que la gente confíe en ti, conocerla, saber más de ella. Especialmente de ella. Sé que la voy a echar de menos cada minuto de mi vida y aunque no confío en mi mala memoria y por eso quiero grabar a fuego la fecha de hoy, dudo mucho que se me olvide porque me estoy esforzando por recordarla siempre, aunque duela. Las navidades van a ser tan duras (ya lo venían siendo en cierto modo) que no quiero ni pensarlo. Sobre todo me preocupa él. Estoy tristísima y sé que el paso del tiempo acabará mitigando todo, pero ahora mismo en lo único que pienso es que no sé cómo voy a conseguir recuperarme de esto. Te quiero muchísimo y te querré siempre.
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