Yo nací sirena

Un día, un pescador me encontró en el agua y me preguntó:
—Princesa, ¿estás bien? ¿Qué haces ahí?
Me quedé muy callada, extrañada. ¿"Ahí"? ¿Cómo que "ahí"? Pensaba que ahí y aquí eran lo mismo. Que todos habitábamos el mismo territorio, que nada nos diferenciaba.
El hombre tiró de mí hacia arriba para sacarme del agua. Yo sentí cómo se me morían las escamas y cómo lloraban las estrellas de arriba y de abajo por mi mala fortuna.
El pelo —mi pelo— ondeó al viento y me tapó los ojos. Creo que fue mejor así.
Me quedé ciega, sin respiración y sin saber cómo volver a mi hogar.
Me sentía perdida.

Yo nací sirena. Pero supongo que nadie acaba siendo lo que fue en su origen.


Podéis escuchar este relato locutado por Andreita Villaverde aquí.

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