Holoceno
Puede que ya esté bien de tanto escribir, que ya son seis años aquí, quién lo diría: seis años sangrando.
Seis años con cadenas en los pies, prisionera en un pozo lleno de ratas.
Seis años de vomitar en un cubo gigante, de llorar por dentro, de apuñalarme los ojos y morderme el interior de las mejillas.
Pero es que en realidad no son seis años, porque lo de escribir, lo de sangrar, lo de las cadenas y el pozo y el vomitar no son de ahora. Son de siempre.
Son elementos atemporales, independientes o dependientes de mi malestar; independientes o dependientes de mi bienestar.
Porque escribir siempre me ha gustado, siempre lo he necesitado, siempre me ha permitido ser libre y mejor, a pesar de que también me haya ayudado a sentirme prisionera y estar peor, pero eso no tiene nada que ver con escribir (lo primero sí).
Solo quiero deciros que no voy a parar. Y da igual los metros que tenga ese pozo y lo fuertes que sean esas cadenas. Siempre habrá libertad.
Comentarios
Publicar un comentario
¿Algo que quieras compartir?