Blanco y Negro

El otro día, volviendo a mi casa de casa de mi abuela, me puse a pensar en blanco y negro. Esto se debería seguramente a que poco antes de marcharnos me había estado haciendo fotos en blanco y negro, en las cuales, para mi sorpresa, salía algo guapa. Pero eso seguramente se debiera sobre todo al efecto que le dio hacerlas en blanco y negro. Mis fotos favoritas son las que se hacen en blanco y negro. La gente dice que las fotos en blanco y negro son muy elegantes, pero para mí representan más que eso, más que elegancia. 

Estas fotos para mí reflejan más la realidad de la escena que captan, una realidad que no todo el mundo puede ver, muestran el alma de las cosas, de los lugares y de las personas. A mí no me transmite de igual manera una foto a color que una en blanco y negro. Se podría decir que a color representa más la vida, las emociones externas, pero en blanco y negro representa las emociones internas, lo que pasa realmente. 

Empecé a imaginarme el mundo en blanco y negro y a dejar que mi mente vagara. El mundo así sería algo triste porque faltarían los colores, la luz, esa vida que decíamos antes que aportaban. Pero reflejaría la verdad de lo que sucede, esta vez sería el espejo del alma. Hasta el lugar más desastroso se vuelve mágico si le echas una foto en blanco y negro. También hay que tener algo de arte o gracia echando fotos, pero si está en blanco y negro eso no importa porque siempre saldrá una foto mágica por una cosa u otra.

Tampoco hace falta que el ambiente original tenga mucho color para que se pueda apreciar la diferencia.