Deseo de urgencia

"Dulces sueños", me dijeron.
Y al jardín de las delicias condujeron.
"Sueños rotos", concluyeron.
Y aun así no me advirtieron
que el amor callando muere
cuando no lo mata alguien primero.
¿Y qué dijeron? ¿Qué dijeron?
Ni yo sé siquiera si me entero.
Demasiadas voces para tan pocas palabras.
Demasiadas coces en tan pocas horas.
Y muriendo me hallo.
Cada día, cada hora.
Derrota compartida 
y éxitos malgastados.
Llantos que derivan de sonrisas.
Llantos que me añoran.

Y yo sin prisa.

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