Yes, we can
Podemos ser espejos rotos tirados por el suelo.
Podemos ser migas de pan del bocadillo de la merienda.
Podemos ser una amapola en primavera.
Podemos ser el reflejo de lo que queremos ser y nunca seremos.
Podemos ser tantas cosas que muchas veces no sabemos por dónde empezar.
Estamos parados, como esas señoras que nos cortan el paso cuando caminamos por la calle.
Titubeando, indecisos, al igual que cuando vamos a comprar un helado y tenemos que elegir de qué sabor lo queremos.
Sabemos lo que no nos gusta, pero no lo que sí. Mejor dicho, hay tantas cosas que nos gustan que no sabemos qué es lo que nos gusta más.
Y las ganas, como la energía, se traspasan de una actividad a otra.
Dejamos a medias mil cosas que pensamos retomar algún día. Ilusos.
¿Pero esto no va de eso? ¿De soñar? De soñar con hacer las cosas realidad.
El problema es que cuando los sueños se hacen realidad ya no quieres volver a soñar.
Y quiero creer que no nos hemos rendido ante eso. De verdad.
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