Desconocidos conocidos
Me he planteado en más de una ocasión escribir una entrada cada día, pero hay días en los que no quieres escribir, así que la deseché al instante. Simplemente escribo cuando quiero, porque quiero y sobre lo que quiero.
Hoy vengo a hablaros de esas grandes personas llamadas "desconocidos". Digo "grandes personas" por eso de que la confianza da asco y otros temas relacionados, pero no voy a entrar en eso. No al menos de momento.
Cada día vemos ¿cientos? de desconocidos si tenemos suerte (sobre todo si usas el transporte público, como yo), personas que nunca vamos a conocer, que solo las vemos una vez en la vida o que las vemos todos los días pero nunca las hablaremos. Siempre he dicho que me encantaría poder ser capaz de acercarme a alguien desconocido y presentarme sin más. Empezar a charlar, a conocernos. Pero no puedo. Aparte de por mí, que me daría vergüenza, por ellos, que me mirarían como si fuera una asesina o yo qué sé. No sé, ¿qué pensáis vosotros de la típica señora mayor que se te acerca y empieza a hablarte de su vida porque sí? Exacto. Lo mismo es.
Pero, de entre todos los desconocidos con los que te entran ganas de presentarte, los que más te llaman la atención son aquellos a los que ves -casi- todos los días. ¿A dónde van? ¿Cómo se llaman? ¿Estudian? ¿Trabajan? ¿Qué edad tienen? ¿Llegaré a coincidir con ellos en algún sitio que no sea el transporte público? ¿Tendré ocasión de conocerlos algún día?
No sé a vosotros, pero a mí son preguntas que me vienen a la cabeza prácticamente todos los días. Además, he llegado a un punto de mi vida en el que ya todo el mundo me resulta familiar y no sé si de verdad he visto antes a esa persona o porque sí. Y todavía estoy en el primer año. No quiero pensar cómo acabaré de aquí a Dios sabe cuándo, cuando lleve años y años usando el transporte público con asiduidad.
Pero a la vez que desearía conocer a algunos, otros me estresan o me ponen de los nervios. La gente que va lenta, que te impide el paso, que te mira mal,... Que te mira, simplemente. Esto ya es algo totalmente subjetivo... Me pone muy nerviosa que la gente me mire. Si me mira mal no, simplemente me la suda. Nunca miro mal a quien me mira mal, pero me pregunto por qué lo hace. A lo mejor es su forma de mirar, a lo mejor te odia, a lo mejor simplemente no ve bien de lejos, yo qué sé.
Solo sé que vemos muchos culos ajenos y desconocidos cuando subimos escaleras y lo podemos pasar mal.
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