High Hopes

Aquellos ojos azules la llamaban más que los cascabeles a los gatos y que el queso a los ratones.

Recordaba.

Si no eran esos ojos, no quería las miradas.

Recordaba.

Y su risa, temblando al borde de ese lapso temporal, amargo refugio de su querer.

Recordaba.

Las pisadas en los charcos a las cinco de la mañana, el traspiés junto al escalón que llevaba a su casa.

Recordaba.

Aquel vestido medio roto colgando del pomo, aquella tarta de chocolate sin comer.

Recordaba.

Le encantaba inventar historias mientras se columpiaba junto a la horca de su corazón.

Y mentía.

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