Conversaciones que parecen diálogos sacados de un libro
—Te quiero.
—Yo también te quiero. Mucho.
—Mentira.
—Yo no miento.
—Lo sé.
—¿Entonces? Te quedas sin argumentos.
—Te quiero y ya.
—Y me es más que suficiente.
—Qué bonito.
—Sí, sí lo es, sí.
—Bastante, sí, sí.
—¿Pero no es más bonito que sea así y ya?
—Sí, es mejor así que caer en el vacío de la mentira por algo que es así. Te quiero como la trucha al mero.
—¿Y no es mejor simplemente un "te quiero"? No se necesita comparar con otro "te quiero" existente por el hecho de ser de la misma magnitud, simplemente se necesita sentirlo.
—Cierto, no puedo comparar lo que te quiero con una magnitud ya existente, puesto que te quiero más que cualquier magnitud existente.
—Idiota de mierda... Cierto. Te quiero demasiado para poder expresarse mediante nada, solo con el corazón.
—Te quiero demasiado para expresarlo con un órgano o concepto llamado "corazón", sólo puedo demostrarlo en menos de una décima parte de lo que te quiero con hechos, como este: -Te abrazo-
—¿Ni siquiera con el corazón me dejas quererte? Tendré que inventar otra manera, pero la cosa es que el hecho está en el aire. Te quiero y punto. Aparte o seguido, eso ya es cosa tuya, pero te quiero y no hace falta demostrarlo.
—No es que haga falta o no, me gusta demostrarlo para que recuerdes lo mucho que te quiero. Si para ti es un problema que lo haga, solo dilo y pararé. Mientras tanto quiero que sepas cuánto te quiero, aunque no sea capaz de demostrarlo.
—No creo que nunca olvide que me quieres, pero bien es verdad que es bueno recordarlo de vez en cuando. Simplemente por el hecho de que no se desvanezca el sentimiento y eso. Y con esto eres más que capaz de demostrarlo, aunque sea imposible en su totalidad.
—¿Sabes? Te quiero.
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