Poema inacabado

Tienes los ojos negros como cuando el corazón se pudre,
y nos separa un hilo tan fino como el que cae de sangre de tu boca
(porque te he apuñalado) cuando hablas.

Las tormentas se vuelven hormigas a tu lado,
con ese corazón tan roto que ya no hace «tic-tac»
(error mío por creer que es un reloj), que se ha parado.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El fuelle

¿Qué es para ti la vida?

El libro más increíble que he leído