#11 Inmarcesible
Cuando arrancas una flor, le estás quitando la vida. Le has quitado el corazón a un ciervo y lo has dejado temblando de frío y muerte en el suelo. Las manos se te han llenado de sangre, que enseguida limpias sobre tu camiseta, pasando de azul a rojo. Nunca has sido del Barça, pero uno no siempre es lo que espera. Y menos cuando está asustado.
Has extirpado un corazón, pero el tuyo late muy deprisa, como si todo lo que pudieras sentir fuera amor. Porque, al final, lo único que buscamos es a alguien que nos quiera, como esa pobre flor amaba al suelo sobre el que se erguía. Se creía inmarcesible. Sonríes mentalmente recordando las palabras de tu madre: «No sabes amar, todo lo destruyes». Te acuerdas de que después de eso rompiste un jarrón, también lleno de flores, y que estaban muertas desde hacía mucho. Nadie había llorado por ellas. ¿Por qué tenías que hacerlo tú con esta?
Has extirpado un corazón, pero el tuyo late muy deprisa, como si todo lo que pudieras sentir fuera amor. Porque, al final, lo único que buscamos es a alguien que nos quiera, como esa pobre flor amaba al suelo sobre el que se erguía. Se creía inmarcesible. Sonríes mentalmente recordando las palabras de tu madre: «No sabes amar, todo lo destruyes». Te acuerdas de que después de eso rompiste un jarrón, también lleno de flores, y que estaban muertas desde hacía mucho. Nadie había llorado por ellas. ¿Por qué tenías que hacerlo tú con esta?
Comentarios
Publicar un comentario
¿Algo que quieras compartir?