#3 Otoñal
—No sé qué quieres que te diga —contesté.
La verdad es que me había sorprendido la historia que me contaste y, en ese momento, a pesar de lo parlanchina que he sido siempre, me dejaste sin palabras. No sé si en tu lugar habría hecho lo mismo. Nunca me he visto en la situación de matar a alguien, por raro que te parezca. He matado muchas moscas, hormigas y cucarachas, pero supongo que las personas son distintas. Tienen cosas que crujen y cosas que sangran y hacen ruidos que los insectos no hacen. Gritan y ese grito se te mete dentro a vivir entre los jugos gástricos y a veces se te agarra al corazón y tira de él hasta provocarte la mismísima muerte.
—No busco que me digas nada. De hecho, precisamente es eso lo que quiero: que no digas nada.
Para ti todo era sencillo: desahogarte, limpiar tu conciencia. Vivir aquella tarde otoñal como si no hubiera ocurrido nada. Tomarte tu té caliente en la terraza de una cafetería mientras trasladas la ansiedad desde tu garganta hasta mis oídos. Mientras me infectas con el virus de la verdad. Yo no quería saber todo esto, no lo necesitaba.
Me has jodido la vida.
La verdad es que me había sorprendido la historia que me contaste y, en ese momento, a pesar de lo parlanchina que he sido siempre, me dejaste sin palabras. No sé si en tu lugar habría hecho lo mismo. Nunca me he visto en la situación de matar a alguien, por raro que te parezca. He matado muchas moscas, hormigas y cucarachas, pero supongo que las personas son distintas. Tienen cosas que crujen y cosas que sangran y hacen ruidos que los insectos no hacen. Gritan y ese grito se te mete dentro a vivir entre los jugos gástricos y a veces se te agarra al corazón y tira de él hasta provocarte la mismísima muerte.
—No busco que me digas nada. De hecho, precisamente es eso lo que quiero: que no digas nada.
Para ti todo era sencillo: desahogarte, limpiar tu conciencia. Vivir aquella tarde otoñal como si no hubiera ocurrido nada. Tomarte tu té caliente en la terraza de una cafetería mientras trasladas la ansiedad desde tu garganta hasta mis oídos. Mientras me infectas con el virus de la verdad. Yo no quería saber todo esto, no lo necesitaba.
Me has jodido la vida.
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